Damasco, 19 jul (SANA) El Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados expresó este miércoles la categórica condena de Siria al continuo corte de agua a más de un millón de sirios que viven en la ciudad nororiental de Hasakeh y sus cercanías.
En un comunicado, la Cancillería tildó esta acción de “un crimen de guerra, un crimen de lesa humanidad y una grave amenaza para la salud pública”, especialmente a la luz de los altas temperaturas sin precedentes que han sido registradas recientemente.
“Siria denuncia en los términos más enérgicos el uso del agua como arma de guerra y herramienta para lograr fines políticos”, aseveró.
Explicó que la población siria en la ciudad de Hasakeh sigue atrapada entre el ocupante turco y sus terroristas, y las fuerzas ocupantes de EEUU y sus milicias separatistas, que continúan cortando el agua potable a los residentes de esta urbe y todas las comunas que se extienden desde la planta de Alouk hacia una parte del campo este de la provincia.
“Siria insta a las Naciones Unidas que tomen medidas inmediatas y efectivas para detener esta grave violación del derecho internacional y de todos los convenios y normas internacionales, y para garantizar la reanudación del bombeo de agua desde la planta de Alouk lo antes posible”, enfatizó.
Asimismo exigió permitir a los equipos técnicos de la Corporación de Agua Potable y organismos internacionales ingresar a la estación, para supervisar su trabajo y operatividad, lo cual garantizará el suministro del líquido vital a la población de Hasakeh.
Al concluir el comunicado, Cancillería subrayó que poner fin a la presencia ilegal de las fuerzas estadounidenses y turcas sobre el territorio sirio, restablecer la soberanía del Estado y reanudar el trabajo de sus instituciones oficiales en el norte, noreste y noroeste son la única forma para terminar con el sufrimiento de los sirios en dicha región, restaurar la estabilidad en la región y mejorar las condiciones humanitarias y de vida en la misma.
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