A pesar de las sucesivas crisis que enfrentan los sirios desde más de 12 años, existe una voluntad para revivir la alegría al preservar sus antiguas costumbres que generan alegría, particularmente durante el Ramadán.
Damasco, 2 abr (SANA) Los sirios solían dar la bienvenida al mes del ayuno musulmán “Ramadán” con tradiciones únicas que reflejan su rico patrimonio, cultura y valores humanos.
Las ciudades y pueblos de Siria aún preservan las costumbres y las tradiciones sociales de recibir el mes de ayuno con decoraciones especiales y festividades que han sido transmitidas de generación en generación.
El investigador en el patrimonio popular sirio, Muhyiddin Qronfleh, dijo a SANA que, muchos años antes de la era de la electricidad, los barrios y calles de Damasco se adornaban con farolas colgantes que iluminaban los principales mercados y callejuelas populares de las ciudades durante las fiestas religiosas.
“Estas costumbres continuaron a lo largo de los años y se desarrollaron aún más con la llegada de la electricidad a Damasco y otras ciudades, lo cual permitió agregar nuevos detalles decorativos al Ramadán, como luces que representan lunas crecientes y estrellas” agregó.
La artesanía de linternas en Damasco Viejo
Se sabe que los damascenos fueron los primeros en soplar vidrio en el mundo, y es un oficio tradicional que perdura hasta el día de hoy.
El artesano Ahmad al-Hallaq “Abu Mahmoud”, dueño de la única y más antigua planta de vidrio tradicional, ubicada en Bab Sharqi en la antigua Damasco, explicó que a pesar de las repercusiones de la guerra y el bloqueo económico, la producción de lámparas y otras piezas tradicionales de decoración nunca ha parado.
Desde los 14 años, elaboraba piezas artesanales de varias formas y colores como linternas, jarrones decorativos, candelabros y manualidades inspiradas del patrimonio de esta milenaria ciudad y de la fiesta del ayuno, agregó.
Explicó que en el proceso de fabricación de estas luces se utiliza vidrio muy fino de colores azul y turquesa, y combinado con plata corrugada.
A pesar de todas las crisis que enfrentaron los sirios desde más de 12 años, existe una voluntad de revivir la alegría al preservar las antiguas costumbres y desafiar las difíciles condiciones económicas.
fm/ws