Acabar con el sufrimiento de los sirios requiere respetar la soberanía e integridad territorial de su país y no un nuevo mecanismo politizado cuyo único objetivo es desestabilizar al gobierno sirio.
Ginebra, 08 mar (SANA) El Embajador de la República Árabe Siria ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra, Haider Ali Ahmed, reiteró la suma necesidad de respetar la soberanía e integridad territorial de Siria y trabajar para romper el bloqueo impuesto a su pueblo.
En su intervención ante el Consejo de Derechos Humanos, el diplomático sirio destacó que acabar con el sufrimiento de los sirios requiere un conjunto de factores y no un nuevo mecanismo politizado cuyo único objetivo es desestabilizar al gobierno sirio.
Estos factores son principalmente el respeto a la soberanía, seguridad e integridad territorial de Siria, y el cese inmediato de las medidas coercitivas unilaterales que afectaron sumamente el disfruto de los sirios de sus derechos básicos, y que se consideran como un “terrorismo económico” contra los pueblos que se niegan a someterse a los dictámenes occidentales.
Hizo hincapié en la importancia de apoyar los esfuerzos del gobierno sirio en los campos humanitario, de desarrollo, la reconstrucción de lo que fue destruido por el terremoto y el terrorismo, así como de abstenerse de cualquier práctica que estropee estos esfuerzos.
Asimismo exigió una cooperación sincera con Siria en materia de combatir los remanentes de los terroristas y de poner fin a la presencia ilegal de las fuerzas ocupantes de EEUU sobre su suelo.
Ahmed exigió la comunidad internacional a trabajar para poner fin a las agresiones bárbaras e inhumanas de la entidad israelí, y sus flagrantes violaciones del derecho internacional, incluido el derecho internacional humanitario; la última de las cuales se produjo ayer el martes contra el Aeropuerto Internacional de Alepo.
En otro contexto, el embajador reafirmó la posición de Siria en apoyo del principio de “una sola China”, y aseveró que los asuntos vinculados con Xinjiang, Hong Kong y El Tíbet son asuntos internos de China, tachando de “rechazada” cualquier intento injerencista en los mismos.
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