Moscú, 03 feb (SANA) Cruzar líneas rojas. Una especialidad de EEUU, y también de su brazo armado: la OTAN. No hace falta mencionar todas y cada una de las veces que la OTAN, es decir, EEUU, ha traspasado todas las líneas rojas habidas y por haber, provocando millones de muertes, y en el ‘mejor’ de los casos, millones de desplazados y refugiados.
EEUU insaciable
Los conflictos que genera EEUU a nivel global no cesan, siempre acompañado de su comparsa, que por lo general la encabeza la belicista Francia y su ladero más cercano con necesidad de reconocimiento, España, con permiso de Alemania.
Pero al atravesar la última gran línea roja de Rusia, al ubicar bases militares y laboratorios biológicos en Ucrania, pensó que sería un paseo en el parque: la realidad, es que si el propio EEUU echaba la vista hacia atrás, sus antecedentes no es que fueran precisamente como para ir de sobrados.
En agosto de 2021, meses antes del inicio de la operación militar especial de Rusia en Ucrania, EEUU se fue de Afganistán despavorido y con lo puesto, como aquel que tiene que echar a correr mientras se va subiendo los pantalones. Con perspectiva, hay analistas que entienden que esa huida no fue tan cobarde como estratégica: estaban llevando la situación de Ucrania y Rusia al límite, y sabían que era cuestión de poco tiempo que todo saltara por los aires.
Pero volviendo con los antecedentes, precisamente Afganistán, Siria, Vietnam o Corea, no invitaban precisamente a que Washington se tuviera una fe ciega al cruzar todas las líneas rojas con Rusia. Unas líneas rojas de las cuales vasallos pasados de Europa, como han sido Frau Angela Merkel, o el expresidente galo François Hollande, se vanagloriaron de cruzar, al reconocer abiertamente y regocijarse en que los acuerdos de Minsk no fueron más que excusas para armar hasta los dientes a Ucrania, preparar fortificaciones y entrenar a sus fuerzas, tanto regulares, como de sus batallones nazis, para acometer un gran genocidio.
Pero parece que nada es suficiente para la insaciable industria militar de EEUU, cuyos lobistas llevan de las narices a quien quiera que se aposente en el Despacho Oval de la Casa Blanca. Y como parece que no es suficiente, pero como buen amo no quiere ser el que dé la cara al abrir la puerta de su mansión, EEUU ya tiene a sus mayordomos, o personal incluso de menor rango, que hace de perro ladrador.
Es el caso del presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, quien como buen comandante de sofá y control remoto de la televisión en mano, ha instado a la OTAN a cruzar las líneas rojas e intensificar su apoyo militar a Ucrania, suministrándole aviones de combate y misiles de largo alcance. Las nauseabundas expresiones de Nauseda han sido como si estuviera leyendo la lista de la compra que Zelenski le hubiera entregado un rato antes, para que la leyera en voz alta y en cadena nacional.
En este contexto, este martes la agencia Reuters, valiéndose de funcionarios estadounidenses familiarizados con el asunto, informaba que EEUU está preparando un nuevo paquete de ayuda militar para Ucrania que incluiría el suministro de proyectiles de largo alcance por primera vez desde el inicio del conflicto con Rusia.
Según el topo de la agencia de noticias, una parte de los fondos asignados en el marco del tramo de más de 2.000 millones de dólares irá destinada a la compra de pequeñas bombas de alta precisión montadas en misiles Ground-Launched Small Diameter Bomb, GLSDB, por sus siglas en inglés.
“Parecería ser que Washington y la OTAN están probando la paciencia [de Rusia]”, advierte el analista internacional Christian Lamesa.
Advierte que EEUU “está yendo a un juego como el ‘chicken game’, donde dos autos [coches] van a alta velocidad en línea de colisión y es como un duelo de nervios a ver quién es el que se quiebra antes y pega el volantazo: ese sería el que pierde. Parecería que EEUU está embarcado en un peligrosísimo ‘chicken game’ contra Rusia, entonces va escalando, va escalando, en el nivel del material militar que se le envía a Ucrania […], y ahora traspasan una línea con el tema de los tanques Leopard y los Abrams”.
Respecto a los anuncios de EEUU sobre su demora en la entrega de sus tanques a Ucrania, el analista sostiene que el país norteamericano “va ganando tiempo, va exponiendo a la industria militar europea a que sea destruida en cuanto al nivel de prestigio internacional, y va ganando terreno EEUU en este monopolio: no olvidemos que es el mayor exportador de armas del mundo”, concluye Christian Lamesa.
Fuente: Sputnik