Los romanos no fueron juzgados en un tribunal internacional por su aborrecible bloqueo a Calahorra y los muertos que provocaron porque entonces no existían, pero ahora sí los hay, y ya es hora de que, como denuncia López Obrador, la votación no quede en nada y el bloqueo se mantenga. ¡Es una vergüenza!
Damasco, 5 nov (SANA) El presidente de México Andrés Manuel López Obrador resumió en una palabra lo que sucede hace 30 años en Naciones Unidas sobre el bloqueo a Cuba: ¡Una vergüenza!, exclamó en su conferencia matutina.
Por supuesto que el mandatario mexicano no se refería a los 185 países que votaron contra el bloqueo, sino a los 30 debates en la Asamblea General de la ONU desde que lo inscribió como tema en el programa del 47 período de sesiones -pues en el 46 fue retirado-, e invariablemente el mundo lo ha condenado.
Es muy ilustrativo cómo cada año fue creciendo de manera sostenida la cantidad de países que lo repudian desde entonces y exigen su levantamiento. En 1992, el primero de ellos, a favor, 59; en contra, tres; abstenciones, 71; ausencias, 46. Países que votaron en contra: Estados Unidos, Israel y Rumanía.
Pero a partir de ahí el rechazo fue imparable. En 1993 llegó a 88 con cuatro en contra, por supuesto Estados Unidos e Israel, y dos gobiernos acompañantes, Albania y Paraguay.
Por mucho que Washington movilizó a sus peones, ofreció dinero, presionó política y económicamente, no pudo detener la espiral en contra de su criminal e irracional bloqueo, y en 1994 la votación sobrepasó el centenar para no regresar atrás más nunca.
Después fueron 117, al siguiente 137, siguió el ritmo ascendente, el siglo XX cerró con 167 y el XXI abrió con esa misma cifra, pero solo en 2001 porque ya en 2002 arribó a 173 y a partir de ese momento se ha movido entre 185 y 191 votos a favor de la suspensión del bloqueo en los términos y argumentos planteados por la resolución propuesta.
Significa que el mundo entero -porque las una o dos abstenciones que logran reclutar desde entonces son moralmente inválidas- está contra el bloqueo ¡Llevan 30 años aislados, criticados, repudiados, rechazados, por el mundo, pero el bloqueo está ahí!
¿Qué es lo triste? Lo que dijo López Obrador en su breve alusión al debate:
“¡Es una vergüenza!. Ayer, 185 votos para que se quite el bloqueo y dos en contra. ¡185 contra 2! ¡Y va a seguir el bloqueo, porque uno de ellos tiene derecho de veto! ¿Dónde está la grandeza? ¿Dónde está la política de altos vuelos? ¿Cómo en estos tiempos vamos estar apostando a retrogradar si son tiempos de cambio?”, expresó muy indignado.
Significa, por supuesto, que la ONU está mal y demostrando por lo menos desde hace 30 años su disfuncionalidad.
Admite sin siquiera censurarlas, la proclamación y aplicación de leyes extraterritoriales violadoras del Derecho Internacional y de la propia Carta de Naciones Unidas, y de facto avala las sanciones que de ellas se derivan, no a Cuba, sino a terceros, incluidas poderosas empresas y bancos, y enturbia las relaciones comerciales -y políticas- internacionales.
Cuba demostró en estos 30 años que el bloqueo y sus consecuencias, constituye un genocidio extremadamente cínico, más atroz que el cometido por los romanos hace siglos con los calagurritanos sitiados en las guerras entre Pompeyo y Sertorio alrededor del 73 a. C. La población celtíbera sufrió un largo bloqueo y todos, excepto una mujer, murieron de hambre por el asedio.
A los cubanos no han logrado matarlos de hambre en más de 60 años de bloqueo, pero llevan todo ese tiempo intentándolo y buscando la forma de hacerlos vivir en agonía como en estos tiempos de enfermedad y desastre.
Lo condenable, y la ONU debiera de observarlo bien y actuar en consecuencia, es que en la medida en que la oposición al bloqueo aumenta en el mundo y la votación en contra es más unánime en la Asamblea General, el gobierno de Estados Unidos lo intensifica, como ha ocurrido sobre todo con sus dos últimos gobiernos, el de Donald Trump y el de Joe Biden.
Es una burla al mundo, un descomunal desacato al derecho internacional y un brutal atentado contra millones de seres, incluidos niños, mujeres y ancianos, que son quienes más lo sufren. Un crimen de lesa humanidad en toda regla por sus propósitos y consecuencias, que es imposible justificar.
Los romanos no fueron juzgados en un tribunal internacional por su aborrecible bloqueo a Calahorra y los muertos que provocaron porque entonces no existían, pero ahora sí los hay, y ya es hora de que, como denuncia López Obrador, la votación no quede en nada y el bloqueo se mantenga. ¡Es una vergüenza!
Por: Luis Manuel Arce Isaac
Fuente: Prensa Latina