El asesinato del ‘Che’: ¿ordenado por el Gobierno boliviano o por la CIA?

El 9 de octubre de 1967 fue asesinado en Santa Cruz de la Sierra el guerrillero y político de origen argentino, cuya influencia aún persiste en los movimientos sociales de la región. Sputnik conversó con el historiador Carlos Soria Galvarro, quien vivió de cerca el momento de su captura.

A sus 23 años, Carlos Soria Galvarro llegó con un amigo a la población de Camiri, en el sur del departamento de Santa Cruz (este). Las noticias decían que la guerrilla de Ernesto Che Guevara estaba desmantelada y cercada. Faltaban horas para que fuera atrapado el célebre “delincuente internacional” perseguido por el Gobierno del general René Barrientos (1964-1969). El deseo de ambos jóvenes era tan arriesgado como irreflexivo: veían la manera de alcanzar al guerrillero argentino-cubano para sumarse y pelear junto a él.

Antes de que pusieran en marcha su plan tuvieron que escapar como pudieron de Camiri, porque el 8 de octubre de 1967 el Che fue capturado y, para el Gobierno militar, todos eran sospechosos de colaborar con los guerrilleros.

Soria Galvarro, entonces militante del Partido Comunista, logró escapar aquella vez. Pero no en 1980, cuando fue capturado y torturado por militares. Luego vino el exilio a México y el reconocimiento a través de varias investigaciones, plasmadas en libros, muchas referidas al recorrido de Guevara en Bolivia.

En estos días, con 78 años, conversó con Sputnik sobre la Bolivia de esos años y los tiempos que siguieron y compartió su análisis sobre interrogantes que todavía subsisten. Quizás el más importante: ¿quién dio la orden de matarlo?

“Tras la muerte del Che intentaron borrar las huellas del crimen. Intentaron hacerlo parecer como si fuera una muerte en combate, algo que nunca han podido comprobar ni los principales personajes involucrados en ese momento”, dijo el escritor e historiador.

Soria Galvarro recordó que desde aquel 9 de octubre de 1967 los militares sostuvieron que se trató de “una orden superior. Pero hasta hoy está la discusión de si fue una orden del alto mando militar boliviano o si fue una decisión inducida por la política norteamericana”.

Para el experimentado periodista, no es difícil atar cabos para concluir que se trató de una orden de Estados Unidos: “No hay que olvidar que, luego de la muerte del Che, la CIA [Agencia Central de Inteligencia de ese país] intentó varias veces asesinar a Fidel Castro”, líder de la revolución cubana, iniciada en 1959.

“Creo que en esa misma lista de la CIA también estaba el nombre del Che Guevara”, evaluó Soria Galvarro.

Tiempos de desapariciones

El cuerpo de Ernesto Guevara estuvo desaparecido por décadas. Soria Galvarro reflexionó que en ese momento nadie lo sabía aún, pero se iniciaba una época en la cual la desaparición de los miles de cuerpos iba a ser la norma de los sucesivos Gobiernos militares que se impusieron en América Latina.

Tanto militares bolivianos como funcionarios de la CIA —que apoyó en la captura de Guevara— mantuvieron un silencio férreo en torno a lo que habían hecho en Vallegrande y La Higuera (departamento de Santa Cruz) en esa primavera de 1967. Hubo que esperar 30 años para que se hallaran los restos de Guevara junto al de otros guerrilleros en las inmediaciones del aeropuerto de Vallegrande.

“Las circunstancias en que hicieron desaparecer el cadáver indujeron al comienzo de una etapa muy dura en la historia de América Latina, donde se impuso la desaparición forzada de personas”, comentó Soria Galvarro.

Aunque las dictaduras militares en la región finalizaron en la década de los 80, los secretos aún persisten. En Bolivia, es emblemática la desaparición de Marcelo Quiroga Santa Cruz, escritor, periodista y militante del PS1 (Partido Socialista 1), asesinado por el Ejército en 1980.

Archivos ocultos

Soria Galvarro dedicó gran parte de su vida a investigar las causas y efectos de las dictaduras que asolaron la región durante el siglo pasado. Consideró que a esta altura ya deberían conocerse los secretos a los cuales se aferraron militares que, en muchos casos, fallecieron sin soltarlos.

“Ya son 55 años desde la muerte del Che. Deberíamos ocuparnos más de establecer la verdad histórica de lo ocurrido en aquellos años. Es imprescindible abrir archivos en Bolivia, Cuba y, por supuesto, en EEUU”, sostuvo el historiador.

Aunque los archivos militares y de agencias de inteligencia de esa época “se han desclasificado en parte, hay muchos que todavía siguen ocultos. Es necesario realizar una investigación más profunda, que debería ser un poco más asequible el día de hoy”, considerando los avances tecnológicos y también la apertura de algunos Gobiernos para revisar estos casos.

El rol del PCB

En aquel octubre de 55 años atrás, cuando Soria Galvarro intentó sumarse a la guerrilla del Che, lo hizo por fuera del Partido Comunista de Bolivia (PCB), que había determinado no participar del foco revolucionario iniciado por Guevara.

Desde entonces, el historiador tuvo discusiones, pero también se subordinó a los pareceres del partido hasta 1980, cuando lo abandonó definitivamente.

Entre los interrogantes que persisten en torno al asesinato de Guevara, está el rol del Partido Comunista. El entonces secretario general del PCB, Mario Monje, acudió al campamento que tenía Guevara en los valles cruceños. Allí le transmitió que no se sumarían a su alzamiento armado.

En su libro Los andares del Che en Bolivia, publicado en 2014, Soria Galvarro contó cómo era la tensión de fuerzas en ese momento: “Las relaciones entre el PCB y el naciente núcleo urbano de la guerrilla eran confusas y complicadas. Los dirigentes de entonces, y por supuesto no solamente Mario Monje, hacían cálculos, simulaciones y maniobras”.

Y agregó: “Puedo suponer que pensaban más o menos así: ‘Si la guerrilla se consolida y avanza victoriosa, estamos con ella o somos parte de ella. Si fracasa, nos lavamos las manos, nosotros dijimos que ése no era el camino'”.

El PCB no compartió el análisis de que la revolución en América Latina podría comenzar a partir de un foco guerrillero iniciado en los valles de Santa Cruz, como creía Guevara.

“Supuestamente, el PCB mantenía su propia línea, que era diferente y contraria al foco guerrillero”.

Para la izquierda de América Latina, Monje quedó en la historia como el villano que dejó solo a Guevara. El exsecretario general del PCB falleció en 2019 a los 89 años en Moscú, capital de Rusia.

El camino del historiador

Desde muy joven, Soria Galvarro trabajó en radios mineras, en medios televisivos y escritos y fue catedrático de Periodismo.

Entre sus decenas de libros y ensayos se destacan Barbie-Altman: De la Gestapo a la CIA, de 1986; El Che en Bolivia, cinco volúmenes publicados entre 1992 y 1996, y Campaña del Che en Bolivia, en 1997.

Fuente: Sputnik

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