El diario británico subraya que la crisis energética “se ha convertido en una crisis política y económica: en toda Europa, las empresas paran y quiebran, los ingresos disminuyen y los gastos de los residentes aumentan”.
Moscú, 12 sep (SANA) “Si Europa actúa correctamente, podrá proteger a sus ciudadanos y continuar la transición hacia un nuevo sistema energético más limpio. Sin embargo, si sus acciones son erróneas, los Estados podrían ir a la quiebra y el sector eléctrico europeo se quedaría anclado en el pasado”, dice la revista británica ‘The Economist ‘.
Los precios de los carburantes se han disparado un 30% desde la suspensión del gasoducto Nord Stream. Hace unos días, los analistas de Goldman Sachs han afirmado que prevén que la factura de la electricidad en Europa se triplique a principios del año que viene con respecto a los niveles de 2021, lo que supondrá un aumento de la factura energética de 2 billones de dólares, o el 15% del PIB.
En este contexto, el diario británico subraya que la crisis energética “se ha convertido en una crisis política y económica: en toda Europa, las empresas paran y quiebran, los ingresos disminuyen y los gastos de los residentes aumentan”.
Lo que se refiere a al gasoducto, Rusia en numerosas ocasiones subrayaba que el cierre del gasoducto Nord Stream se debe exclusivamente a las sanciones occidentales, .
“Usted sabe que los problemas con el suministro a través del Nord Stream surgieron debido a las sanciones impuestas a nuestro país y a varias empresas por los países occidentales, incluidos Alemania y el Reino Unido. No hay otras razones que hayan podido conducir a problemas de bombeo”, declaró el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov.
Recordó que debido a las sanciones no es posible transportar y reparar las partes esenciales del gasoducto.
En este contexto, el vocero rechazó los intentos de Occidente de culpar a Rusia por la suspensión del gasoducto e insistió en que es “el Occidente colectivo, en este caso, la Unión Europea, Canadá y el Reino Unido, el culpable de que la situación haya llegado a tal punto”.
Europa, arreglándoselas
Según destaca el artículo de The Economist, los gobiernos están respondiendo con intervenciones y pagos urgentes: “Alemania gastará otros 65.000 millones de euros (1,8% del PIB) en medidas de apoyo, el Reino Unido tiene previsto destinar más de 100.000 millones de libras (4,3% del PIB), y los líderes de la UE no descartan introducir un tope de ingresos para las empresas energéticas”.
“La táctica más popular es congelar los precios de la electricidad, como ha hecho Francia. Esta medida ayuda a frenar la inflación al reducir la carga de los bancos centrales y eliminar la necesidad de subir el tipo de interés oficial. Sin embargo, esta solución tiene enormes inconvenientes”. Y es que según explica el diario, los topes de precios no reducen la demanda de energía, lo que lleva a posponer importantes reformas, y no será posible levantar los topes más adelante por razones políticas.
Lo que sí hay que hacer, destaca el autor, en la situación actual es imponer mayores impuestos a las empresas energéticas, eliminar los precios al contado en el mercado de los combustibles y fomentar la inversión en fuentes alternativas.
“Si no se actúa correctamente, los Estados europeos podrían quebrar y el sector eléctrico europeo se quedaría anclado en el pasado”, concluye The Economist.
Los países occidentales se han enfrentado a un aumento de los precios de la energía y de la inflación debido a las sanciones contra Moscú y al abandono del combustible ruso. Debido al aumento de los precios de los combustibles, especialmente del gas, la industria de Occidente ha perdido gran parte de su ventaja competitiva, lo que también ha afectado a otros ámbitos de la economía. Además, los Estados Unidos y Europa se enfrentaron a una inflación récord en décadas.
Fuente: Sputnik