Damasco, 4 dic (SANA)
Siria parece estar dejando atrás los años más duros de la guerra y está experimentado un cambio drástico en lo que a turismo se refiere. Ya hay numerosas solicitudes de grupos de turistas de países europeos que se han interesado en los últimos meses en visitar el país. Así lo confirma en una entrevista con THE OBJECTIVE el ministro de Turismo de Siria, Mohamed Rami Martini, que calcula que al país árabe le llevará «entre cinco y siete años» recuperar las cifras turísticas que tenía en 2010, antes de la guerra.
En 2010, antes de la guerra, más de seis millones de turistas visitaron Siria, lo que generó ingresos turísticos estimados de más de 5.000 millones de dólares. En lo que va de 2021, unas 488.000 personas han visitado el país, lo que se traduce en unos ingresos de 8,5 millones de euros para las arcas sirias. Una cifra irrisoria si se compara con las épocas de bonanza preguerra pero que sin duda es un avance brutal respecto a los años más duros del conflicto, como 2015, cuando el turismo había disminuido más de un 90%.
La década de guerra y crisis le ha pasado factura a Siria, pero la posguerra tampoco está siendo un jardín de rosas. Todavía quedan algunos reductos del país controlados por los yihadistas, Turquía y Estados Unidos ocupan ilegalmente una parte del territorio sirio y no están dispuestos a abandonarlo, las sanciones internacionales no cesan y la devaluación de la lira siria alcanza cifras impensables. Tampoco ayuda que el vecino Líbano, de donde venían algunos sueldos sirios, pase por una crisis económica de grandes proporciones.
Para el ministro de Turismo sirio, las cifras turísticas se están recuperando lentamente y «a pesar de las sanciones internacionales» impuestas contra Damasco en 2011 por EEUU y la Unión Europea. «No se puede pensar en tener los mismos números de 2010 de manera inmediata, nos llevará de cinco a siete años recuperar esas cifras».
Estas sanciones incluyen un embargo de petróleo, restricciones a la inversión y un congelamiento de los activos del Banco Central de Siria en la UE, así como restricciones a la exportación de equipos y tecnología. El propio ministro está en la lista de personas sancionadas por Bruselas, tal y como figura en el documento elaborado por la Comisión Europea. Ha podido entrar en España gracias a que iba a participar en la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT) que ha acogido Madrid.
«Las sanciones internacionales están afectando al turismo, porque no hay vuelos directos de países europeos a Siria», dice el ministro Martini. «No obstante, tenemos buenas relaciones con los turoperadores y hemos recibido turistas de Noruega, España, Alemania, Canadá o Italia, por ejemplo, y esperamos que 2022 sea un año mejor para el turismo». Los turistas tienes que llegar a Siria vía Líbano y cruzar la frontera terrestre.
Este político sirio, que asumió la cartera de Turismo en 2018, defiende que es seguro viajar a Siria. «A partir de 2019 nuestros valientes soldados liberaron del terrorismo el 80% del territorio sirio y comenzamos a reconstruir las infraestructuras destruidas por los yihadistas. Ahora mismo es seguro viajar a Siria, visitar los sitios arqueológicos, disfrutar de la playa, de la comida y del ocio nocturno, a pesar de las sanciones internacionales».
No obstante, la realidad es que todavía hay algunas zonas inseguras en el norte de Siria, donde operan algunos grupos terroristas, y que están ocupadas ilegalmente por Turquía. «Yo no le puedo recomendar a ningún turista que vaya a esas zonas», asegura el ministro, «pero estoy convencido de que muy pronto se va a poder visitar Idlib y el norte de Siria gracias al heroico trabajo de los soldados, del Gobierno sirio y de países aliados».
Esta zona del norte del país, cercana a Idlib, es una región que cuenta con numerosos yacimientos arqueológicos y en la que ya se han denunciado casos de que los terroristas están robando piezas de arte y vendiéndolas fuera del país.
Reconstrucción del patrimonio
Según la Unesco , cinco de los seis sitios del Patrimonio Mundial de Siria se han visto afectados por la guerra. Icónicas son ya las imágenes de Palmira destruida por los terroristas.
Para el ministro Martini, una de las prioridades del Gobierno sirio es reconstruir ese patrimonio para atraer a los turistas. «Estamos reconstruyendo el patrimonio destruido por los terrorista de Al Nusra y para ello contamos con ayuda extranjera, que trabaja bajo al supervisión del Gobierno Sirio y bajo estándares de Unesco».
La propia familia del ministro ostentaba varios hoteles en Alepo, que durante años fueron ocupados y destruidos por los terroristas. Ahora, han conseguido reconstruir parte de ellos y ya están operativos en la segunda ciudad más importante del país.
En Siria hay más de 10.000 sitios arqueológicos, y antes de la guerra, cerca de un centenar de misiones extranjeras, entre ellas una decena de españolas, trabajaban en las excavaciones. Ahora, la historia de estas misiones arqueológicas internacionales es parte del pasado del país, y quién sabe si algún día volverá a formar parte del presente de Siria.
A pesar de ello, en medio de la guerra, siempre hay espacio para algunas historias bonitas, como la de Maarat Al-Nouman, el pequeño pueblo de Idlib que logró salvar su patrimonio escondiéndolo de los terroristas bajo tierra y que nosotros tuvimos ocasión de visitar en febrero de 2020, apenas una semana después de ser liberado de los yihadistas.
Fuente: The Objective