Ginebra, SANA
El representante permanente de Siria ante la Oficina de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en Ginebra, el embajador Housam El-Din Ala, pidió al Consejo de Derechos Humanos y al Alto Comisionado que pongan fin a las prácticas criminales del régimen turco, en particular, la utilización del agua como arma y castigo colectivo contra el pueblo sirio.
“Esas prácticas constituyen crimen de lesa humanidad y exponen a millones de sirios a condiciones humanitarias catastróficas”, manifestó el diplomático sirio en la sesión informativa del Alto Comisionado para Derechos Humanos en el cuadragésimo octavo período de sesiones del Consejo de Derechos Humanos.
El Embajador Ala reiteró la importancia de abordar la situación de los derechos humanos de una manera objetiva e imparcial que respete la Carta de las Naciones Unidas y sobre la base del diálogo constructivo y la cooperación.
Explicó que a la luz de la pandemia de Covid-19, se debe prestar especial atención a los derechos económicos, sociales y culturales, especialmente el derecho al desarrollo, y a los desafíos relacionados con el aumento del racismo y la discriminación racial, y las repercusiones negativas de las medidas coercitivas unilaterales.
En otra parte de sus declaraciones, el embajador Ala enfatizó que recuperarse de las profundas consecuencias de la pandemia requiere una respuesta global coordinada y garantizar un acceso justo y equitativo a la vacuna contra el coronavirus, y al mismo tiempo señaló que los países occidentales continúan ignorando los llamados a la solidaridad y la cooperación internacional en este sentido.
Ala reiteró el llamado de Siria al Alto Comisionado para que preste mayor atención a las violaciones y prácticas arbitrarias y discriminatorias cometidas por la entidad de ocupación israelí contra los sirios en el Golán sirio ocupado.
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