Damasco, SANA
Tras la reelección triunfal de Bashar al-Assad como jefe del estado sirio, el arzobispo católico de rito maronita de Alepo criticó duramente la actitud de las democracias occidentales hacia su país.
El arzobispo maronita de Alepo, el Monseñor Joseph Tobji desestima por completo a los críticos occidentales a las elecciones y afirma que “el primer problema del pueblo sirio ahora es sobrevivir a la hambruna, causada precisamente por las sanciones económicas” de Occidente.
El prelado sirio lamenta la estrategia europea, alineada con Estados Unidos, en su país: “Quienes imponen sanciones están fuera de contacto con Siria. La lógica de las sanciones es matar de hambre al pueblo pensando en disminuir el consenso político respecto a las autoridades y derrocar al gobierno. Yo, como pastor, veo que la gente sufre de pobreza, y no me parece que su prioridad sea hablar de democracia”, subrayó el arzobispo.
Al contrario de lo que sugieren algunos países de Occidente, la abstención no jugó un papel tan importante en la reelección del jefe de Estado: “vimos a mucha gente frente a las mesas electorales, con tertulias y fiestas en las calles y en las plazas, en las que no solo intervinieron militantes cercanos al gobierno vigente”, testificó Monseñor Tobji.
Y agregó, cum grano salis, respecto a las democracias occidentales: “es cierto que una parte de los votantes potenciales no fue a votar, pero el crecimiento de la abstención electoral me parece un fenómeno global, que tiene lugar también en muchos países con una cultura política diferente a la nuestra”.
El prelado maronita de Alepo, sin embargo, tiene claro el flagelo de la corrupción que azota, como sucede en otros lugares, a su país: “es un problema arraigado en nuestra historia”, admite, “y que se agrava con la guerra”.
“Las sanciones también contribuyen, a su manera, a este fenómeno. Aquellos con dinero y en posiciones influyentes se benefician. Es como un círculo vicioso: la corrupción alimenta la pobreza y la pobreza alimenta la corrupción, devorando los pocos recursos que quedan. Se están desarrollando leyes para detener esta corrupción, pero no es un problema que pueda resolverse de la noche a la mañana”.
Monseñor Tobji espera un nuevo amanecer después de la reelección de Assad y ve algunos signos alentadores: la baja prevalencia del Covid-19 entre la población, una situación que describe como “milagrosa”, así como el cese del éxodo masivo de los cristianos hacia el extranjero, lo que ha tenido un fuerte impacto en la Iglesia local en los últimos años.
Fuente: Fides/Le Monde – FSSPX