Damasco, SANA
Estados Unidos restauró el nombre de Cuba entre los estados promotores del terrorismo en una muestra de su política hipócrita y de doble rasero, según opinan políticos y medios de prensa en los más diversos confines del planeta.
El profesor Philip Brenner de American University, consideró que los expertos en inteligencia probablemente no encontrarían suficiente evidencia de que la isla apoye directamente las acciones
Asimismo Reese Erlich, profesor adjunto de Estudios Internacionales en la Universidad de San Francisco, en el sitio original.antiwar.com, estimó que la “lista de terroristas” del Departamento de Estado incluye países que no son terroristas y excluye a los que sí lo son.
También el lingüista y activista Noam Chomsky, quien denuncia la hipocresía de la lista fue categórico al descaracterizar la la acción cuando subrayó que “O la eliminan, o la hacen honesta” en referencia a la medida del Departamento de Estado, que dirige el conservador Mike Pompeo en Washington, contra la mayor de Las Antillas a ese apartado.
Al respecto medios políticos estadounidenses, incluso varios Congresistas consideran que la maniobra forma parte de un esfuerzo discutible y sin base más amplio para impedir que la Administración del presidente electo, Joe Biden, restablezca relaciones normales con Cuba.
Las paradojas de la política de la Casa Blanca lleva a echar una mirada al propio territorio estadounidense.
En noviembre pasado la ciudad de Sacramento, en California, aprobó una resolución que pidió al Congreso y al presidente de Estados Unidos eliminar sanciones mantenidas contra Cuba para permitir la colaboración médica en el enfrentamiento a la Covid-19.
El documento, avalado por el alcalde Darrell Steinberg y los concejales de los ocho distritos de la urbe, instó al legislativo y al mandatario del país a ‘levantar las restricciones al acceso a la experiencia médica cubana para combatir de manera más efectiva la pandemia’.
Para eso, las autoridades de la capital de California, el estado norteamericano más poblado, solicitaron suspender las medidas que limitan los viajes a Cuba y las que obstaculizan la importación de equipos médicos y medicamentos en la mayor de las Antillas. La resolución llamó al gobierno de la nación norteña a cesar los intentos de evitar que otros países acepten brigadas y asistencia médica del país caribeño.
Ese tal vez sea el único “delito” imputable a los cubanos cuando miembros de brigadas médicas de la isla acuden al llamado de “los pobres de tierra” a los que se refirió en sus versos sencillos de Martí, el apóstol de la independencia de Cuba, en una muestra de desprendimiento.
A 15 años de fundado el Contingente Henry Reeve, recibe un fuerte apoyo a nivel internacional para que le sea conferido el Premio Nobel de la Paz. “Nosotros ofrecemos formar profesionales dispuestos a luchar contra la muerte. Nosotros demostraremos que hay respuesta a muchas de las tragedias del planeta”, fueron palabras premonitorias del Comandante Fidel Castro cuando creó ese contingente.
Cuando el huracán Katrina devastó regiones del sur estadounidenses como la ciudad de Nueva Orleans, las autoridades de la isla brindó ayuda que fue rechazada por el Gobierno de Estados Unidos. El Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”, nombre que llevan con orgullo en honor a un joven estadounidense muerto en la lucha por la independencia de Cuba es el gran “delito” de los cubanos para que sean ingresados en la lista terrorista.
El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel reiteró hace pocos meses palabras de Fidel “Ustedes representan la victoria de la vida sobre la muerte, la solidaridad sobre el egoísmo”. Es un delito ayudar a los pobres de la tierra, incluso a los no tan pobres, pues la reiteración ocurrió al recibir a una brigada que retornaba de Europa. Los galenos cubanos llevaron su “terrorismo” a Andorra e Italia, por citar dos ejemplos, pero están presentes con sus batas blancas en Asia, Medio Oriente, Africa, Europa y América Latina. Los cubanos apuestan por “ese terrorismo” que salva vidas en vez de llevar la muerte como hacen las políticas agresivas de la Casa Blanca.
¿Son agentes del terrorismo las decenas de miles de especialistas en Medicina General Integral, así como los Licenciados en Enfermería y Tecnólogos de la Salud cubanos que cumplen o han cumplido misiones en el exterior y que constituyen una cantera inagotable para el Contingente “Henry Reeve”?.
Esa pregunta no tiene respuesta para Pompeo y su camarilla de trasnochados conservadores que aúpan políticas para estrangular al pueblo cubano.
La pregunta no tiene respuesta cuando Estados Unidos alcanza 4 mil 327 muertos diarios por la Covid-19 el 13 de enero y es el país más afectado del mundo por la pandemia.
Para enfrentar la actual crisis de salud se necesita la cooperación y la solidaridad internacionales, y que el “terrorismo” de lo cubano para ayudar a salvar al mundo sea propagado por los que tienen más recursos.
En realidad, el Estado Cubano nunca fue patrocinador del terrorismo y nunca apoyó los ataques intencionados a civiles practicados por grupos como Al Qaeda sin embargo fue víctima palpable de esa política de los gobiernos en Washington.
Según Paul Pillar, exsubjefe del Centro Antiterrorista de la CIA, mantener a la isla en ese apartado es una recompensa para los republicanos conservadores de Florida, lo que muestra que es un asunto claramente político.
Lo que es una verdad irrefutable como decía Chomsky, es que para los cubanos “terrorismo significa resistencia al terrorismo masivo de EE.UU. y la negativa a inclinarse ante el amo”.
Mientras tanto, Martí y Fidel, guiarán a los isleños quienes apuestan por echar su suerte con los pobres de la tierra.
Por Luis Beatón, ex corresponsal en EE.UU
Fuente: Al Mayadeen Español