Alepo, SANA
Medios de comunicación y activistas locales revelaron graves violaciones cometidas durante el 2020 por las fuerzas del régimen turco y sus mercenarios terroristas contra los habitantes del ocupado municipio de Efrín, al norte de Alepo.
El ocupante neo-otomano y sus milicianos asesinaron a unos 60 civiles y desplazaron y secuestraron a miles, y también arrancaron a más de 70 mil árboles, y saquearon y robaron a decenas de sitios arqueológicos, afirman los medios.
Precisaron que se documentó el asesinato de más de 58 civiles, entre ellos 9 mujeres, mientras unos 120 resultaron heridos por las fuerzas de ocupación turcas y sus mercenarios en la ciudad de Efrín.
Además, más de 987 civiles fueron secuestrados, entre ellos 92 mujeres, por las tropas de ocupación turca y sus milicias mercenarias criminales.
En cumplimiento a las órdenes de su amo el régimen turco, las organizaciones terroristas saquearon a 50 sitios arqueológicos y contrabandearon sus contenidos a los mercados turcos, además de destruir grandes áreas de campos agrícolas, cortar y arrancar más de 72 mil olivos que constituyen una fuente importante de ingresos para la población.
Activistas locales precisaron que en el 2020, los mercenarios proturcos se apoderaron de 250 casas que habían arrebato de sus dueños por la fuerza para asentar a las familias de los terroristas en un intento de imponer un nuevo cambio demográfico que sirve a los planes otomanos y sus ambiciones.
En un indicio del caos causado por la ocupación turca y sus mercenarios, Efrín sufrió 39 explosiones con vehículos bombas, artefactos explosivos y minas, lo que cobró la vida de más de 170 civiles, muchos de ellos son niños y mujeres, además de causar gran destrucción y daños materiales en la propiedad pública y privada, y la infraestructura.
Desde su invasión por las fuerzas de ocupación turcas en marzo del 2018, la ciudad de Efrín y su campo han sido testigos de continuos intentos por parte del régimen de Erdogan de cambiar la demografía de la región y destruir su historia, sustituyendo los nombres de las principales zonas, plazas, ciudades y aldeas con nombres turcos, imponiendo la lengua turca como contenido básico en los métodos de enseñanza e izando la bandera turca sobre ellas, además de borrar la identidad cultural e histórica de la región destruyendo todos los monumentos que indican su arabismo.
ah/fm