Damasco, SANA
El presidente Bashar Al-Assad participó en la reunión periódica que celebra el Ministerio de Asuntos Religiosos en la mezquita Al-Othman en la capital Damasco, y en el que participaron ulemas y destacadas figuras del Islam.
En su intervención, el presidente dijo que las cuestiones ideológicas son crónicas y por lo tanto, es difícil deshacernos de lo que podamos padecer y recuperar lo que perdamos, y aclaró que lo que determina la capacidad de las sociedades para enfrentar tormentas destructivas son los factores de estabilidad e inmunizarlas de penetraciones intelectuales.
Afirmó que el apego de la sociedad a la religión se mide con la moral de esa sociedad y la conducta de sus miembros, y acotó que “el Profeta es nuestro ejemplo y no está permitido que los musulmanes sigan al Mensajero en credo y no estén de acuerdo con él en su comportamiento”.
También dijo que el terrorismo no es una causa sino un resultado.
El presidente precisó que “hay muchos que se preguntan si este es el momento adecuado para plantear temas de índole ideológica, en un momento en el que Siria enfrenta muchos desafíos, especialmente en las condiciones de vida”, y contestó que “este diálogo es necesario por una simple razón, porque los temas ideológicos se caracterizan por la cronicidad y es difícil tratar a los crónicos”.
“Siria es parte del Oriente, y este Oriente es ideológico y religioso y cuando hablamos del pensamiento, la esencia de ese pensamiento es la religión, porque entra en todos los aspectos de la vida, entra en la mentalidad, la emoción, el comportamiento, el pasado, el presente y el futuro”, explicó.
Según Al-Assad, “después de cien años, los enemigos de las sociedades ideológicas han logrado grandes éxitos, y en lugar de que la religión sea una herramienta para que las sociedades se desarrollen, se utilizó esa religión como una herramienta para sabotear a esas sociedades”.
El mandatario comparó la situación y el mundo en el que vivimos en un gran océano embravecido, donde las olas furiosas golpean en todas direcciones, golpean la seguridad mediante el terrorismo, golpean la economía mediante el asedio y el hambre y golpean la ideología con empujar las sociedades hacia el fondo en ese océano, donde hay embarcaciones vibrando silenciosamente, otras tambaleándose y algunas naufragando.
“Estas olas no son espontáneas porque ese océano no está embravecido por los factores de la naturaleza sino por los intereses internacionales, y existe un conflicto entre esos intereses y la estructura de nuestras sociedades, ya sea la estructura en el sentido meramente social o la estructura en el sentido ideológico, porque no podemos separar nuestras sociedades de nuestra religión”, detalló.
El presidente comentó sobre los últimos ataques contra nuestras creencias y símbolos, diciendo que “esos ataques sucedieron con anterioridad y es natural en tales casos que la primera respuesta sea la enérgica condena y esto sucedió mediante las posturas anunciadas por los Eruditos del Levante y por el Ministerio de Asuntos Religiosos de Siria, la primera expresa la postura de una institución religiosa y la segunda manifiesta la posición del Estado sirio”.
Afirmó que “entre ataque, condena y rabia, la religión se convierte en una pelota que los políticos oportunistas lanzan”, refiriéndose en este caso a Erdogan y Macron.
Precisó que “Siria está en un estado de guerra y esa guerra puede ser económica, militar, ideológica y destinada hacia nuestras creencias”.
“Si queremos confrontar a esa guerra, los trabajadores de las instituciones religiosas y la comunidad musulmana deben usar la terminología correcta y el comportamiento correcto, y ambos provienen de las enseñanzas de la religión y convertir la ira en debate, diálogo, ideas y planes”, añadió.
Por otro lado, tachó de pecado mayor al asesinato de personas inocentes durante el asedio a Irak en la década de los noventas y luego en su invasión en 2003, llegando a Yemen, Libia y Siria.
Aclaró que, a lo largo de la historia, nunca ha existido una creencia que se derrumbó con un ataque externo sino el peligro viene de adentro, y este peligro comienza con el atraso, el extremismo, el fanatismo y la incapacidad de pensar sanamente.
“Ellos son los que cargan con la responsabilidad porque el terrorismo no es un producto islámico y eso es obvio, sino que la sociedad occidental aprovecha las brechas para incitar al terrorismo en esta región”, remarcó.
Agregó que “parte del terrorismo que los golpea en Europa no tiene nada que ver con el terrorismo que tenemos. Ellos introdujeron la ideología wahabí solo a cambio de petrodólares y ahora están pagando el precio, pero culpan a los musulmanes y al extremismo musulmán, etc., llegado a nuestros símbolos”.
Al-Assad manifestó que la religión correcta es aquella que impide las metas políticas al crear una barrera que les impide de alcanzar sus metas y les impide de transformarnos en rebaños de ganado conducidos al altar.
“La verdadera religión de la que estamos hablando es aquella que establece una estructura social que es completamente opuesta a la estructura social requerida para promover el liberalismo; por lo tanto, una gran parte del ataque contra la Institución religiosa proviene del extranjero”, resaltó.
Concluyó que si ellos quieren que lleguemos al colapso político, entonces debe haber colapso social, y sin una sociedad sana no habrá religión en el verdadero sentido sino una religión sin familia, sin moral y sin confianza.
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