SANA en Español
Damasco, SANA
Desde el comienzo de la guerra terrorista, los sitios arqueológicos sirios han sido objeto de saqueos y robos en las áreas ocupadas por organizaciones, y no se salvó ningún sitio arqueológico en esas áreas de las excavaciones arbitrarias e ilegales perpetradas por las diferentes agrupaciones radicales y por los militares del ocupante turco y sus mercenarios.
Durante su ocupación de la antigua ciudad de Palmira entre los años 2015 y 2017, el Daesh cometió crímenes contra la civilización humana y la historia de Siria.
El templo “Baal Shamin” en la ciudad antigua fue destruido, así como el anfiteatro de Palmira, que son íconos de la civilización y la historia humana.
Además, las torres del cementerio de Palmira fueron demolidos en agosto del 2015, y su construcción se remonta de 44 a 103 d.C., y gran parte del antiguo Templo de Bel, que data del año 32 d.C.
La organización takfirista también ejecutó al arqueólogo sirio, Khaled Al-Asaad, antes de que destruyeran en julio del mismo año, la famosa estatua del león de Al-Lat y ocho estatuas que se encontraron en las tumbas de Palmira.
Daesh no fue el único que cometió crímenes contra las antigüedades sirias, pues en Efrín en el norte de Alepo, las fuerzas de ocupación turcas en 2018, en cooperación con sus mercenarios de organizaciones terroristas, excavaron en los sitios antiguos y saquearon costosos hallazgos arqueológicos y los contrabandearon y los vendieron en los mercados internacionales.
Esos actos delictivos incluyeron la mayoría de los sitios arqueológicos de Efrín registrados en la lista del patrimonio nacional, incluidos Tal Burj, Abdalo y Tal Ain Dara, Tal Jenderes y el sitio de al-Nabi Huri, entre otros varios que fueron objeto de violentos bombardeos con artillería y aviones de la ocupación turca.
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