Damasco, SANA
Para el eje de la Resistencia, la línea a seguir es perfectamente clara: la Ley César, la haremos completamente estéril por medio de los procesos y métodos específicos de la Resistencia, dijo el martes 16 de junio Sayyed Hassan Nasralá, que también reiteró lo que manifestó en 2011, a saber, que Hezbolá y sus aliados no dejarán caer a Siria, ni en el campo de batalla ni en el terreno económico. Después de todo, todos los componentes del eje de la Resistencia -Irán, Siria, Iraq y los movimientos que forman parte de él- han vivido durante mucho tiempo bajo sanciones y saben cómo sortearlas.
Lo interesante es que los métodos magistrales para eludir las sanciones que inventó la Resistencia se están volviendo cada vez más democráticos y populares entre numerosos estados del mundo, cuyo número aumenta cada día, abarcando los 5 continentes. Estos estados están interesados en estos métodos de elusión y se refieren a ellos hasta el punto de que se levantan voces en EEUU para denunciar que “demasiadas sanciones matan las sanciones”.
Este miércoles 17 de junio, La ley César entró en vigor en el contexto de una cobertura mediática excesiva sin impresionar a muchas personas. Unas horas antes, los residentes de Tartús habían organizado una manifestación en apoyo del presidente Bashar al Assad para recordarle al eje EEUU-“Israel” que ya no estamos en 2011 y que, después de casi diez años de guerra, Siria puede neutralizar cualquier intento de devolverla a los peores momentos del conflicto. Manifestaciones similares han tenido lugar en Damasco, Hama y Latakia.
Aunque parezca paradójico para los estadounidenses y sus acólitos, el politólogo Sadr al Hosseini cree que los sirios comparan su situación como país en guerra con la de los países occidentales. La crisis de Covid-19, que literalmente le supuesto un duro golpe a las potencias occidentales (con 120.000 muertos ya en EEUU), ha afectado muy poco a Siria y la gente obviamente lo atribuyó a la buena gestión del Estado. Es cierto que la libra ha perdido valor, pero los sirios han vivido desde hace más de 10 años bajo sanciones, que los estadounidenses y los europeos renuevan cada año. Por cierto, ya no queda nada para ser sancionado por esta llamada Ley César, que curiosamente no afecta ni al petróleo ni al gas sirio.
Y el politólogo agrega: “Para muchos sirios, es una operación psicológica (PsyOp) lo que los estadounidenses acaban de lanzar; ellos, que tienen una presencia muy activa e ilegal en el mercado energético sirio. A decir verdad, la presencia militar de EEUU tampoco tiene nada de decisiva, ya que la confianza entre EEUU y los kurdos se dañó fundamentalmente después del apoyo de EEUU a Ankara y los bombardeos turcos contra los kurdos en el norte de Iraq no permiten que se restablezca. Con la Ley César o sin ella, los sirios creen que la administración Trump ha perdido en Siria y está tratando de disfrazar sus derrotas militares bajo un barniz de presión económica sin ningún efecto. Esta Ley César tiene solo una víctima, los países del Consejo de Cooperación del Golfo Pérsico, que se habían frotado las manos pensando en que iban a participar en el proceso de reconstrucción de Siria, e incluso llegaron a reabrir embajadas en Damasco, y que ahora van a quedar marginados en el proceso y esto para la gran satisfacción de Rusia, Irán y China”.
“Además, los estadounidenses son muy conscientes de esto. Ellos tienden cada vez menos a evocar el espantapájaros del Daesh, su criatura, en sus discursos y buscan, por otro lado, evocar cada vez más la “amenaza” de Rusia, China o Irán”.
“La Ley César parece indicar el final de una estrategia estadounidense que ha resultado en casi 20 años de guerra en Iraq y el Levante. Este cambio de paradigma llevará lógica y objetivamente a EEUU a renunciar a los estados petroleros árabes, especialmente porque el petróleo ya no pesa como antes y ha perdido el papel estratégico (funcional) que jugó en la política estadounidense durante un siglo. La disputa con Riad viene de allí. EEUU, que sufre un proceso de declive similar al vivido por la antigua Unión Soviética, tarde o temprano deberá enfrentarse a los hechos, incluyendo la necesidad de reducir su presencia militar en Asia Occidental y Central, un hecho que será saludado por Siria y sus aliados.
Fuente: Press TV