Damasco, SANA
La República Árabe Siria expresó hoy su enérgica condena a la llamada “Ley César” que endurece las medidas coercitivas impuestas en su contra por parte de la administración estadounidense.
En un comunicado, el Ministerio de Exteriores y Emigrantes aseguró que la llamada “Ley César” se basa en una serie de mentiras y acusaciones fabricadas por los enemigos del pueblo sirio en el contexto de su guerra declarada y en la que se utilizaron las armas más sucias de terrorismo, bloqueo económico, presión política y desinformación mediática”.
“La imposición de esta ley por parte de Washington constituye una violación flagrante de los derechos humanos más básicos y del derecho internacional humanitario, y hace que EE.UU asuma la responsabilidad principal del sufrimiento de los sirios en su subsistencia y medios de vida”, afirmó la declaración.
Agregó que el terrorismo económico es la otra cara del terrorismo que ha derramado la sangre de los sirios y destruyó sus logros alcanzados con sudor y sangre.
“Mientras el mundo se une para enfrentar la pandemia del nuevo Coronavirus y sus consecuencias y efectos, la administración estadounidense reprime a su pueblo y sigue ejerciendo una política racista y también persiste en su política dominante, arrogante y prepotente en la escena internacional”, indicó el texto de la declaración.
Precisó que EE.UU sigue aplicando políticas agresivas de imposición de bloqueos contra los pueblos y negarles su derecho a obtener recursos para enfrentar la pandemia de Covid-19.
“Siria, cuyo pueblo y valientes fuerzas armadas enfrentaron y vencieron al terrorismo takfirista y al proyecto hostil, responderán con fervor y con la misma determinación a esa injusta decisión de Estados Unidos, y la unión de los esfuerzos del pueblo sirio para proteger la economía nacional puede frustrar los efectos de esa medida y limitar sus efectos”, añadió.
Cancillería hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que trabaje para levantar todas las formas de sanciones unilaterales e ilegales, y para poner fin a estas prácticas que contradicen las disposiciones del derecho internacional y conducen a una escalada de tensión en las relaciones internacionales, lo que constituye una grave amenaza para la seguridad, la paz y la estabilidad en el mundo.
F.M/W.S