Damasco, SANA
Mes tras mes, incluso desde antes del 2011, aumentan las evidencias de la injerencia de Estados Unidos contra Siria, las cuales abarcan desde el establecimiento de bases militares ilegales hasta el abierto apoyo a grupos terroristas.
La más reciente muestra es la entrega a las fuerzas sirias de un grupo de 28 integrantes del llamado grupo extremista Maghawir Al Thawra (o eufemísticamente Comandos de la Revolución), protegidos y abastecidos por las tropas estadounidenses en la base de Al Tanef, cruce fronterizo entre este país, Iraq y Jordania.
Dicha operación, tras una labor de meses de la seguridad siria, permitió que lograran desertar con cinco vehículos artillados y abundante armamento ligero, lanzagranadas, municiones y equipos de visión nocturna y de telecomunicaciones.
De acuerdo con los testimonios, entre ellos los de Ghanam Samir Al Kheidar, conocido como Abu Hamza, al frente del grupo, dijo que decidieron la acción cuando comprobaron que los denominados Comandos eran fieles aliados del Estado Islámico protegidos por Estados Unidos en Al Tanef, donde otros intentan abandonar la zona.
Hamza refirió que en el proceso de fuga fueron atacados pero sin mayores consecuencias, además de que antes los habían desplazados de zonas de las provincias de Sweida y Deraa para beneficiar al Daesh y ratificó que ya no confiaban en ninguna de las organizaciones extremistas como el de Ahrar Al Asham (Los Libres del Levante).
El propio Hamza, junto a Salah Rashid Al Zaher, otro de los integrantes, indicó que los entrenan instructores estadounidenses en el uso de drones de alta tecnología, medios de comunicación y armas de todo tipo para atacar al Ejército sirio, los campos de petróleo y gas y la infraestructura del país.
Asimismo, relataron que las ayudas humanitarias en el cercano campamento de Rukban, donde se hacinan más de 40 mil desplazados, son confiscadas y entregadas a las organizaciones terroristas y en especial al Daesh o los vendían en escasa proporción y a precios exorbitantes a los refugiados, todo con el consentimiento operativo de los militares estadounidense.
La base de Al Tanef, de unos 55 kilómetros cuadrados, corta la importante autopista que conectaba Bagdad con Damasco, fue ocupada por Estados Unidos en el 2014, luego de un ‘desalojo pacífico’, según fuentes oficiales sirias y rusas, de efectivos del Daesh que desde allí atacaban el este de la provincia de Homs y particularmente la ciudad de Palmira.
Todas estas operaciones, en consonancia con datos y denuncias procesadas, están integradas y dirigidas por el Comando Central Avanzado, instalado en Ammán, la capital jordana desde antes del 2008 y formado por miembros de la Organización del Tratado del Atlántico del Norte (OTAN).
De igual forma, forman parte de ese tipo de acciones los centros de Inteligencia Terrestre y de Entrenamiento de Tropas Especiales, también en la capital de Jordania y desde donde Washington coordinó desde la época mencionada un programa de seguridad fronteriza a los largo de 442 kilómetros con Siria.
La coordinación al efecto abarca además, las 12 bases que Estados Unidos redistribuyó y nunca abandonó, en regiones de las provincias sirias de Hasakeh, Alepo, Raqqa y Deir Ezzor, y les permite controlar, junto a las denominadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), integradas mayormente por kurdos, diversas áreas de campos de petróleo y gas.
Por Pedro García Hernández
Fuente: Prensa Latina