Damasco, SANA
Del 2011 a la fecha el Partido Islámico del Turkestán, integrado mayormente por uigures, una etnia china de profesión musulmana, mantiene un continuo ataque contra el Ejército sirio.
Con independencia de vínculos operativos con la Junta para la Salvación del Levante, otrora Frente Al Nusra, son los ‘encargados’ de mantener áreas ofensivas en las fronteras administrativas entre las provincias de Idleb y Latakia.
En la situación actual, donde pierden constantemente terreno ante las fuerzas gubernamentales sirias, lanzaron en las redes, sitios web y otros puntos de difusión continuamente cambiantes en internet, llamados a la movilización general dirigidos también a chechenos, turcos y uzbekos mercenarios que integran sus filas o están aparentemente afiliados a otros grupos.
Datos en fuentes sirias y de la cadena rusa Sputnik, en árabe, citan que movilizan efectivos, armas, municiones y vehículos en áreas de Jisr Al Shugour, en Idleb y en el campo noreste de Latakia, definiéndose que suman algo más de cuatro mil hombres.
Ante la contraofensiva del Ejército sirio y luego de ser desalojados del eje de Al Lataminah, Kafr Zita y Zaka por las fuerzas armadas sirias al norte de la provincia de Hama, esa agrupación redistribuye efectivos destinados a mantener posiciones alrededor de Al Zanbaki, una ciudad justo en la frontera con Turquía y en la que establecieron el principal puesto de mando.
Fundado alrededor del año 2008, el Partido Islámico del Turkestán desarrolló vínculos con Al Qaeda en la época de Osama Bin Laden pero a partir del 2013 y al igual que el otrora Al Nusra, actuó de manera independiente, con tácticas y estrategias propias y según sus propias fuentes, utilizándolos como una ‘línea de acción’ y no como como esfera de acciones conjuntas ante la dispersión organizativa y de recursos de los seguidores de Bin Laden tras su muerte en Pakistán.
Medios como Al Manar, la agencia siria SANA y Sputnik o Russia Today, insisten en que en Al Zanbaki habitan unos 18 mil uigures, quienes hablan en turco y fueron entrenados por los servicios de inteligencia de ese país, que les reclutó formalmente en los barrios de inmigrantes de Zeytinburno y Sefakov, en Estambul, y se mueven sin restricciones entre esa localidad y la de Gaziantep, cercana a la frontera con Siria.
Testimonios divulgados en ese sentido señalan que desde el 2011 reciben cursos de adiestramiento de tres meses para el empleo de armas ligeras y pesadas, mapeo y logística y una rigurosa selección para integrar pelotones de suicidas con el pretexto de buscar una patria independiente al estilo del régimen sionista de Israelز
Junto a este sistema de preparación, reciben habitualmente alimentos y artículos de uso personal por parte de la IHH, Fundación para los Derechos Humanos y las Libertades, fundada en 1995 en la capital turca y la cual en el 2006, el instituto danés de Estudios Internacionales definió como parte de varias organizaciones que además de hacer caridad ‘son muñecos de pretextos para apoyar a Al Qaeda’ y a otros grupos terroristas.
Más evidencias, apenas divulgadas en los grandes medios de comunicación occidentales o de algunos países de la región, señalan que dicho Partido del Turkestán utiliza el servicio postal de Turquía y varios bancos de ese vecino país para solicitar donaciones a través de la organización, también presuntamente no gubernamental turca Turkistán Islam Dernegi (Asociación).
Justo ahora, cuando el último bastión organizado de los terroristas en la provincia siria de Idleb es asediado por el Ejército sirio, el Partido del Turkestán recurre abiertamente a sus patrocinadores, quienes respaldan una escalada de imprevisibles consecuencias y que pone en entredicho a quienes de palabra pretenden respetar la soberanía e independencia de Siria y su derecho a defender el territorio nacional.
Por Pedro Garcia Hernandez
Fuente: Prensa Latina