Los caminos del terror en Siria y el Oriente Medio

Damasco,SANA

 Los últimos datos conocidos indican que diariamente 500 millones de usuarios utilizan las redes sociales que en una abrumadora mayoría son controlados o tienen la propiedad de Facebook Incorporation, con sede y matriz a partir de uno de los mayores centros tecnológicos del mundo ubicado en Silicon Valley, en California, el estado número 31 de la Unión desde el 9 de septiembre de 1850.

Desde allí y a partir de los años 2010 y 2012, se crearon las aplicaciones y dispositivos tipo Android, window mobile, accesos a Instagram yTelegram, entre otras estructuras de alta tecnología que inundan internacionalmente cualquier sitio web, base de datos y en particular, los servidores que garantizan una transmisíon efectiva.

Tal infraestructura es uno de los caminos utilizados desde los centros de poder occidentales y en especial, Estados Unidos e Israel para generar matrices de opinión a través de continuadas fakes news (noticias falsas), sin retroalimentación transparente que permitan un análisis realista de cada hecho o acción que ocurren en cada país o en todo caso, reflexionar sobre lo publicado e ir al fondo de cada caso o acción que sucede.

No es una teoria más sobre conspiraciones para llegar al fondo de cada asunto porque Estados Unidos utiliza esos medios para trazar rutas, crear guerras, provocar disensiones de base confesional y controlar cada vez más las riquezas naturales, léase petróleo y gas, en el Oriente Medio, así como eliminar de raíz cualquier oposición a esos planes y tienen especial connotación en Siria.

Esta ruta de caminos trazados, perfilados y renovados sobre la marcha intenta a su vez aniquilar la multipolaridad en el mundo actual y liquidar ahora los ‘obstáculos’ que se le oponen, especialmente a partir del eje de la resistencia que conforman Damasco, Teherán, el movimiento palestino y el libanés Hezbolá, apoyados por quienes les defienden desde Moscú y Beijing, según las definiciones al respecto desde el presunto fin de la Guerra Fría y que actualmente se acerca de manera imprevisible a una fase ‘caliente’ perturbadora.

Esos objetivos se consolidan y están respaldados, con fallos y defectos pero rectificados a cada paso, por la intensa labor de los servicios de inteligencia occidentales, especialmente el Mossad israelí, entidad que para los analistas y expertos funciona como una agencia paralela a la Agencia Central de Inteligencia (CIA estadounidense) y en constante adecuación de intereses- a veces con cierta contradicción operacional- con el MI6 del Reino Unido, entre otros ‘aliados’ en el Oriente Medio.

Las reglas del juego trazadas desde Occidente

La profusión del terror y que aparentemente es incontrolable desde el punto de vista occidental y de las redes sociales y medios que dominan, es uno de los principales ‘vehículos’ para lograr tales objetivos, puestos a prueba en la guerra impuesta a Siria desde el 2011 y la que ‘sufrió’ cambios operativos sobre el terreno luego de las llamadas primaveras árabes porque en este país del Levante la realidad no era y no es, la de Afganistán, Libia, Somalia o Iraq.

Los más de 137 mil millones de dólares gastados en la guerra contra Siria, según datos publicados, a los que se suman los ‘aportes’ logísticos desde el punto de vista militar y propagandístico no lograron en el terreno que las organizaciones terroristas fueran una efectiva tropa de choque contra el Gobierno de Bashar Al Assad, quien señaló con precisión: ‘ ‘la intervención en Siria, aunque sea indirecta, sería similar a la manipulación de la línea del terremoto, que daría lugar a réplicas en toda la región del Oriente Medio.’

Cada logro del Ejército sirio y sus aliados a partir del 2015, cuando Rusia actuó en su respaldo bajo acuerdos legales e históricos, obligó a cambiar las reglas del juego de los centros de poder occidentales y tanto Estados Unidos, como Reino Unido, Francia y el régimen sionista de Israel, ‘salvaron’ a las organizaciones extremistas como la Junta para la Liberación del Levante, otrora Frente Al Nusra o al Estado Islámico, Daesh en árabe, nunca derrotado aunque el presidente Donald Trump anunciara lo contrario.

Sin la autorización de Naciones Unidas, Washington hizo todo lo contrario e instaló y reubicó bases militares en las norteñas provincia sirias de Alepo, Hasaka, Deir Ezzor y junto a la frontera con Iraq, especialmente en Al Tanef con dominio sobre el campo de refugiados de Rubkan, desde donde ofrece cobertura para ataques de remanentes del Daesh en el desierto de Al Badiya y controla campos petroleros y de gas en la zona.

Al mismo tiempo, Israel mantiene ataques desde territorios ocupados de Palestina y las Alturas del Golán y hace caso omiso para cerrar las fuentes de abastecimientos a presuntas ‘celulas terroristas’ que lanzan acciones en áreas de la sureñas provincias sirias de Deraá, Quneitra y Sweida.

Simultáneamente, el camino del terror se desbroza con el anuncio de bloqueos informáticos a los grupos terroristas, especialmente del Daesh pero su propaganda satanizadora sigue presente en sitios como Instagram, las agencias AMAQ o Kali Yuga y en un manejo operativo al que contribuye la compañía Carbyne, de Israel ,y con sede alternativa en Silicon Valley y Tel Aviv, el sitio Infobae, radicado en Argentina o la llamada Red Siria para los Derechos Humanos, instalada en Coventry, Reino Unido.

Los evidentes y actuales patrocinadores del camino del terror

La Ley de Asociación Estratégica Estados Unidos- Israel es la matriz que ha permitido construir el camino del terror contra Siria y el mundo árabe a través de la activa intervención del Comité de Asuntos Públicos de Israel (AIPAC) o el Atlantic Council, entre otros y que constituyen uno de los más importantes grupos de cabildeo político en el territorio estadounidense y el mundo.

Ex altos funcionarios estadounidenses como Henry Kissinger, Joseph Lieberman, Robert McFarlane, Condolezza Rice, James Woolsey, Wesley Clark, David Petraeus, Zerlman Khalizad y Ashton Carter, entre otros, son actualmente directivos y asesores de esas dos ‘instituciones.’

A los nombrados se unen el exprimer ministro israelí y antiguo jefe del Mossad, Ehu Barak y Peter Thiel, activo propulsor de la carrera política de Trump y que por intermedio y desde Silicon Valley, introducen la manipulación comunicacional en Google, Facebook o Microsoft.

El poder cibernético de Washington y Tel Aviv no tiene paralelo en la historia internacional, ‘sofoca’ y sabotea cualquier negociación contraria y establece cada vez más, una amplia red de detección, vigilancia e intromisión en cualquier nación.

Esas ‘figuras’ son además, los principales patrocinadores para divulgar y hacer llegar a los 500 millones de usuarios por medio de no menos de 198 canales satelitales, las ‘noticias’ que les interesan, defender las dobles morales comunicacionales e intentar ocultar los verdaderos objetivos de dominar los recursos naturales que como el petróleo y el gas tienen las mayores potencialidades de desarrollo en el Ortiente Medio, según fuentes como el Banco Mundial o el Fondo Monetario Internacional.

Una fuente libre de toda sospecha de admirar o respetar a Siria o al Oriente Medio como el exministro del Interior y Relaciones Exteriores de Francia, Dominique de Villepin, llega a interesantes y conclusivas opiniones:… ‘el terror en la región no será erradicado por las mismas fuerzas que lo crearon porque las guerra perdidas en Afganistán, Iraq y Libia favorecen el separatismo, los estados fallidos, la ley despiadada de extremistas armados y no han permitido vencer a los terroristas. Al contrario, legitiman a los más radicales y cada intervención occidental crea las condiciones para la siguiente.’

A esa perturbadora realidad hay que añadir la del presidente sirio Al Assad cuando afirmó tan temprano como en el año 2013 que ‘ la política no depende del amor o el odio, sino de los intereses.’

Por Pedro García Hernández

Corresponsal de Prensa Latina en Siria.

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